Coleccionismo, pasión y fotocopias. Políticas, tecnologías y estrategias de un (an)archivo
Conociendo a los otros tres invitados a estas jornadas y a los propios Lluc y Ric, me atrevo a afirmar, que mi intervención será la más aburrida. Os aviso ya. Quizás sea una cuestión de carácter o tal vez un reflejo de mi pasado institucional (todavía presente y en modo cadáver tibio). He sido miembro durante ocho años del equipo del Centro de Estudios y Documentación, durante los últimos tres como responsable de Archivo. Me he mudado lejos, por eso mi intervención de hoy es vía Skype. Tengo pocas certezas (y pocas quiero tener), pero sé que proyectos como La Fanzinoteca me apasionan, que la edición independiente y las montañitas de papeles fotocopiados y grapados me hacen creer en la raza humana y que quiero estar cerca de quiénes llevan a cabo proyectos inútiles, en el buen sentido del término, al mismo tiempo que maravillosos.
El coleccionismo y la archivística que hoy nos ocupan no se pueden entender sin la pasión de las personas responsables de que una recopilación de fragmentos en apariencia inconexos se convierta en un fenómeno necesario. La necesidad de dar cabida a las prácticas que no forman parte de los relatos y las lógicas institucionales, al menos de los más populares y visibles. La necesidad de dar voz a los relatos que se producen en los márgenes de lo hegemónico pero que, sin lugar a dudas, son fundamentales para entender el pensamiento y el contexto de un determinado período.
La Fanzinoteca nace y existe por pasión y por necesidad, con el objetivo de cubrir la ausencia de representación de la producción independiente de fanzines o de cualquier otro tipo de “publicacioncitas” (como las llama un buen amigo), por la falta de un lugar donde éstas puedan ser encontradas, leídas y compartidas.
Las dificultades a las que se enfrentan proyectos como éste no son pocas: falta de espacios, de recursos económicos y humanos, así como de medios para mantener y difundir su contenido. Su naturaleza no es perfecta, pero es precisamente en sus carencias donde, a mi entender, surgen las reflexiones más interesantes sobre las políticas, economías y tecnologías del archivo.
La falta de un espacio permanente de consulta no ha impedido su vocación de llegar al público. Su condición itinerante, sus apariciones intermitentes e irregulares, han ayudado no solamente a suplir la falta de espacio, sino también han convertido sus apariciones públicas en eventos de activación, no tan sólo exposición, de sus contenidos, a través de procesos de dinamización que invitan a la generación de interpretaciones. Las selecciones de publicaciones de La Fanzinoteca que se muestran en actividades a través del módulo ambulante provocan consultas, de un modo diferente a como lo hace el archivo pasivo, institutivo y conservativo.
De esta manera proyectos como La Fanzinoteca participan en la producción de públicos como un paso más del proceso de distribución y archivo (un concepto de Matthew Stadler), propiciando encuentros y lugares de conversación. Su actividad genera vínculos entre los artistas/autores y los lectores, completando el proceso de publicación. Archivar y distribuir es hacer accesible, es entender que la distribución va más allá de la venta, que tiene más que ver con compartir conocimiento.
Convertir la carencia en virtud es pues una de las características de La Fanzinoteca. En este sentido, cabe hablar también de las sesiones de catalogación colectivas, bautizadas como tagging days. Juntar a un grupo de gente interesada en la autoedición de este tipo de publicaciones, invitarla a catalogar su propia selección, a hacer sus aportaciones al proyecto y a disfrutar después de una deliciosa comida casera, es un ejemplo de cómo prácticas colaborativas en apariencia insignificantes, pueden ser herramientas críticas y espacios de disfrute. El tratamiento folcsonómico más allá de taxonomías preestablecidas y aprobadas por los órganos de regulación de archivos y bibliotecas (no ausentes de carga ideológica), nos permite reflexionar sobre la pretendida objetividad de la archivística y sobre la voluntad del proyecto de aproximarse a las subjetividades y de evitar posturas de legitimación.
Cómic, ilustración, manifiesto, folletín político, revista musical… todo esto y mucho más tiene cabida en La Fanzinoteca. Cuando pregunto a Lluc y a Ric por la política de adquisiciones me hablan de irregularidad, de que ellos mismos se cuestionan cuáles son los criterios que marcan la incorporación de estas publicaciones al archivo. Explican que la colección surgió de forma orgánica, partiendo de un pequeño proyecto previo en La Sala de Estar y de sus propias colecciones particulares. Su compilación acumula trazas de los intereses de las personas que lo gestionan y de aquellos que les rodean y refleja, como suelen hacerlo todas, los círculos de relación del proyecto. Colectivos, artistas, editoriales, diseñadores… su colección podría servir de punto de partida para mapear las prácticas de autoedición en Barcelona y alrededores, con vínculos en Latinoamérica, en los últimos diez años. El conjunto también muestra momentos de búsqueda, de intención de reforzar la representatividad de determinados ámbitos, como el feminismo, y siempre destila una historia, un encuentro, detrás de cada publicación.
Boris Groys nos recuerda que el archivo, en tanto que repositorio, marca la diferencia entre lo sagrado (lo que está dentro) y lo profano (lo que queda fuera). Habla también este pensador alemán de la insaciable ansia de completitud del archivo, de su voluntad de salvar la historia, de evitar su desaparición a través de la acumulación sistemática. Puede que sea la distancia con esta visión del archivo la que sitúa la colección de publicaciones de La Fanzinoteca en el marco de lo que se ha venido a llamar anarchivo. El ejercicio de este proyecto se acerca al amateurismo como ideología y se aleja voluntariamente del método, de la normalización y la regulación técnica. Hay en su práctica más de compulsión, de acto repetitivo, de generación de sistemas alternativos de memoria, de heterotopía.
Sobre el concepto de anarchivo y las estrategias alternativas de memoria a través de los nuevos medios, os recomiendo acudir a Wolfgang Ernst (la cosa va de teóricos alemanes). Son fundamentales a este respecto sus reflexiones sobre el archivo como metáfora, sobre la incidencia que las nuevas tecnologías han tenido en estos procesos de desacralización de los archivos y sobre la transformación de la noción del archivo basado en el espacio al archivo basado en el tiempo.
Expuestas de manera breve esta serie de ideas sobre lo que me interesa y fascina del proyecto de La Fanzinoteca, me propongo explicar mi experiencia de inmersión y selección de un grupo de publicaciones de su fondo, como respuesta al encargo recibido.
La inmersión acabó concretándose, tras una fallida aproximación a través de la base de datos (siempre he sido más de oler las cosas), en un par de sesiones de consulta de parte de las publicaciones catalogadas. Mi selección de fanzines sigue la aparente lógica de coleccionismo de La Fanzinoteca, en la que una publicación te lleva a otra, por razones que son difíciles de esgrimir y que tienen más de emocional que de racional. No obedece a ninguna intención de señalar buenas prácticas, sino a instintos, a deseos, a contingencias.
—
MONO KULTUR 33
Entrada No 000703
Esta revista de entrevistas me sedujo hace unas semanas en una librería de arte en Berlín. Cuando era adolescente me flipaba Sonic Youth y Kim Gordon siempre me ha parecido un enigmático referente. Me gustó encontrarla en La Fanzinoteca porque me sirve como excusa para señalar aquellas publicaciones que, teniendo medios de producción, un considerable equipo editorial y distribución en librerías de todo el mundo (incluso ISSN), utilizan atributos propios de la edición independiente, convenciones formales del mundo de la auto-edición, para sofisticarlos con un montón de fotografías a color, desplegables, inserts y una sorprendente variedad de papeles.
OBRAS COMPLETAS DE CATERINA Y LAURA B. 94-97. VOL I
Entrada No 000678
Una de las preguntas que les hice a Lluc y a Ric el primer día que me dispuse a hacer inmersión en su colección, fue cuál era su fanzine favorito. Comentaron que era muy difícil responder a algo así (supongo que es como eso de querer a los hijos). No obstante su esquiva respuesta, ambos coincidieron en destacar este grupo de fanzines. Cuando lo tuve en mis manos simplemente me maravilló. Primero de todo por el concepto, una edición facsímil del 2014 de un conjunto de fanzines producidos a mano por dos hermanas adolescentes, allá por los años 90. Me maravilló la estética, escrito a mano con boli, lleno de dibujos hechos a lápiz y coloreados con ceras y rotuladores, con collages hechos a partir de fotografías de revistas del corazón de la época, de personajes cinematográficos y de algunos cómics. Si hablo de Dylan McKay, Raphael, Norma Duval o Eros Ramazzoti, aquellos con los que las autoras y servidora compartimos generación, sabrán del componente emocional de este descubrimiento. Un proyecto maravilloso en el que una manifestación amateur adolescente se convierte en unas obras completas.
BIKE PUNK
Entrada No 000431
Grata sorpresa fue encontrar este fanzine auto-editado en el 2006. Producido a base de fotocopias en blanco y negro y grapado, con ilustraciones hechas a mano y con máquina de escribir. Contiene instrucciones para piratear bicis y es una apología del DIY y de la actitud pirata. Lo escogí porque me encantan las bicis, porque su actitud punk y su estética me recuerda a la actitud contracultural y gamberra del colectivo holandés Provo, que publicó el primer número de su revista homónima con instrucciones para construir una bomba casera en los años 60.
ALBA YRUELA FOTOGRAFÍA LAURA AMANDA / LAURA AMANDA ESCRIBE ALBA YRUELA
Entrada No 675
Que la cosa aquí va de fotografía, no nos olvidemos. En un momento de lucidez entre la fascinación de mirar una publicación tras otra, recordé que me interesa cómo, se trata la fotografía en alguno de estos fanzines, en oposición a la sofisticación técnica de muchos foto-libros. Como ejemplo de este espíritu experimental, escogí esta publicación hecha con risograph, que contiene un diálogo entre los textos de Laura Amanda y las fotografías de Alba Yruela. De carácter especulativo en su planteamiento y su formalización, las fotografías aparecen monocromas impresas en esta técnica ochentera. Las características técnicas de este medio de impresión, que podrían ser consideradas limitaciones tecnológicas para la reproducción de fotografías, son utilizadas aquí con fines expresivos. Cabe mencionar también las cualidades táctiles de esta técnica de impresión. Hay además en este caso una editorial detrás, Adolfo Press, que trabaja bajo la filosofía del print on demand, un proceso facilitado por la impresión digital, que favorece a pequeñas editoriales. Cada viernes su editor se dedica a imprimir los ejemplares que han sido encargados esa semana. Sistemas de resistencia de la edición independiente.
NO ROCK & ROLL. 4
Entrada No 658
Tratar el tema de los fanzines hace inevitable acudir en algún momento a los referentes históricos, a aquellos primeros fanzines de los años 70, de actitud punk y temática contracultural y musical. Pienso en Sniffin’ Glue cuando me encuentro con varios de los números de No Rock & Roll que encuentro en la fanzinoteca, en toda esa tradición de escritura musical en publicaciones de distribución viral. Que este número venga insertado en un cassette encontrado (en este caso ha tocado Miles Davis) me acaba de conquistar. Es un hermoso caso de estetización del fanzine, del uso de una apariencia formal asociada al nacimiento de los zines undergound en un momento en el que no hay una justificación de limitación de medios: titulares rotulados a mano, textos recortados y pegados, máquinas de escribir y fotocopia, para una publicación musical independiente del 2012 que se manifiesta irreverente y en contra del rock & roll.
CARNICERÍA ST.
Entrada No 752
Y no podía faltar una publicación de colectiva y de estética contemporánea, distante de nostalgia de tiempos pasados. Impresa a color, grapada, sin texto y formato clásico de fanzine. Cada página está ocupada por la intervención de un artista diferente. Me interesan los cambios en la naturaleza y en el tratamiento de la imagen con respecto a lo que me he ido encontrando hasta el momento. Se relaciona con lo que se ha venido a llamar post-internet. Ese tipo de trabajos que utilizan la retórica visual propia de Internet, de las herramientas de software comercial, de las estrategias del branding digital, en ese fenómeno heterogéneo que es la imaginería digital. Hace unos meses compré un ejemplar de otro zine de Carne Press, los editores del fanzine que ahora nos ocupa. Se llamaba EB y mostraba una colección de bebidas energéticas de un adolescente, catalogada, documentada y fotografiada con precisión. Es uno de mis zines favoritos de los últimos tiempos. Fanzines impresos a todo color, de papel estucado, pero fanzines al fin y al cabo.
HÉLICE
Entrada No 728
En este caso la elección entronca con las publicaciones de artista de finales de los 60 y principios de los 70, con mi admiración por ese grupo de personajes que contribuyeron a la democratización del arte creando algo modesto en formato pero ambicioso en alcance. Aprovechando su estructura secuencial, su portabilidad y la independencia con respecto a instituciones o galerías que les permitía este medio, experimentaron con la idea de la publicación como obra de arte autónoma. Este cambio de paradigma se refleja en muchas de las publicaciones del fondo de La Fanzinoteca, pero ha sido ésta de Fermín Jiménez Landa, colmada de fotografías en blanco y negro. Sus sutiles intervenciones en lo cotidiano, a veces absurdas y siempre teñidas de un excepcional sentido del humor, encuentran en el fanzine y en el libro un cómodo espacio de compilación y reflexión. Cuando encontré esta publicación en el fondo escribí a Fermín para interrogarle sobre ella. Su respuesta fue “no hay hilo conductor ni contexto; lo hice porque me apeteció, sin relación a ninguna expo”. Irónico y necesario, como su trabajo.
ALL TO NAH. 23
Entrada No 754
Esta publicación me cautivó. Tiene todo lo que esperas de un fanzine: textos, imágenes en blanco y negro, tamaño DIN A 5, grapas, se publica en serie y, sobre todo, es un zine de fans, una auténtico fanzine si nos remitimos a la etimología del término. Un tipo de Alemania edita esta publicación para seguidores del equipo de fútbol Altona 93 y la envía a la Fanzinoteca. La edición es cuidada y aunque está hecha a base de fotocopias incluye un delicioso detalle, cromos ilustrados a color de los jugadores del equipo. Se ve claramente el cariño y la dedicación que este tipo pone en cada número. Cabe destacar además, con una sonrisa, que en este número hay un pequeño artículo dedicado a La Fanzinoteca. Imposible no disfrutarlo, incluso si el fútbol no te interesa lo más mínimo y no entiendes ni papa de alemán.
http://www.salfordzinelibrary.co.uk/library/all-to-nah-23/
DINOU. 1
Entrada No 414
La última de las publicaciones que escogí fue el Dinou 1. Es un claro ejemplo del uso de la publicación como herramienta de propaganda política, de expresión de libertad y ejercicio de la autonomía en la gestión, edición y distribución. Surgió como un fenómeno espontáneo con el fin de plasmar las ideas que irrumpieron en el contexto de los movimientos ciudadanos de mayo el 2011 en Barcelona. El tono de los lemas que contiene son muy variados, como muestra de la heterogeneidad de pensamientos y lo extraordinario del fenómeno. Su formato, tipo diario y no grapado, y su diseño, tipográfico y en blanco y negro, enfatizan la emergencia del mensaje que transmite y lo vinculan a un momento concreto de nuestra historia reciente.
http://www.dinou.net/dinou-1#more-5
—
Dicho esto, no seré yo quién me meta en el aprieto de definir qué es un fanzine y cuál es el elemento común que vincula a todas las publicaciones que componen el acervo de La Fanzinoteca, porque en el instante mismo en el que quiera delimitarlo se habrá integrado en el fondo una nueva publicación que quedará fuera de esta definición y demostrará lo absurdo de mi propósito. Sólo me queda recordar aquello de “fotocopia y difunde”.
m_m
Texto publicado en Anarxiu Fanzinoteca. Más información.